“La revolución francesa no necesita científicos†|
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La chapuza del flogisto estuvo vigente hasta apareció la figura de Antoine Lavoiser (Agosto de 1743 - Mayo de 1794), químico francés que sacó la química de ese callejón sin salida enterrando el flogisto para siempre junto con la teoría de los cuatro elementos y dando luz con ello a la nueva Química Moderna. Junto con su mujer, que tenía una inteligencia arrolladora y un interés por la ciencia apasionante, rescataron las ideas de Wayner, realizando un experimento con un recipiente de vidrio cerrado en el que se encontraba una muestra de estaño y aire. Observaron, que después del calentamiento, la masa del recipiente con la muestra era la misma antes y después de aplicarle el calor. |
Siguiendo con esta linea de experimentos, Lavoisier y su mujer descubrieron que el producto de la reacción, el estaño calentado (óxido de estaño), estaba compuesto por estaño original junto con parte del aire. En 1786 publicó en los Procedimientos de la Academia su abandono de la teoría del Flogisto que había hecho perder tanto tiempo a los científicos, defendiendo dos principios:
1.
Existe una verdadera combustión, pero sólo mientras el cuerpo combustible esté rodeado y en contacto con el oxígeno; la combustión no puede tener lugar en cualquier otro tipo de aire o en el vacío, y los cuerpos ardientes que se zambullan en cualquiera de estos dos casos se extinguirán tan ciertamente como si se sumergieran en agua.
2.
En toda combustión se produce un aumento de peso en el cuerpo quemado; y este aumento es exactamente igual al peso del aire absorbido.
Con estos dos principios, se dio un paso de gigante para la química, estancada en el flogisto, y llevó a la formulación de la ley de conservación de la masa en 1774.
Ley de conservación de la masa
En toda reacción química la masa se conserva, es decir, la masa total de los reactivos es igual a la masa total de los productos. Esto tiene una importancia fundamental ya que permite extraer componentes específicos de cualquier materia prima sin tener que desechar el resto; también es importante debido a que nos permite obtener elementos puros, cosa que sería imposible si la materia se destruyera.
A parte de sus descubrimientos, su manera de trabajar estableció la química como una disciplina científica: Determinó que las conclusiones científicas solo pueden alcanzarse mediante un experimento cuidadosamente preparado y una exacta medición. Descubrió que el agua estaba formada por oxígeno y hidrogeno, hizo del equilibrio químico el árbitro de la verdad científica, definió muchos conceptos que luego fueron indispensables para el desarrollo de la química; investigo la luz como fuente para iniciar la combustión usando lentes; fue más allá que Boyle y trazó la distinción entre compuesto y elemento en el sentido que hoy conocemos de esos términos. Fue pionero en los precisos métodos de análisis que, junto con sus conceptos, hicieron que el sigo XIX se convirtiera en la edad de Oro de la Química.
Cuando Lavoisier trabajaba para la Real Academia de Ciencias informando sobre los temas de actualidad científicas, realizo una serie de comentarios despectivos en 1780 sobre un joven científico Jean Paul Marat y sus erróneas teorías sobre la combustión. Al estallar la revolución, Lavoisier se colocó en el punto de mira por ser miembro de la Férme Generale y haber participado con tanto entusiasmo en el levantamiento del muralla que rodeaba París, y para su desdicha, Marat se había convertido en una de las voces de la Asamblea Nacional. Aún enfadado por las críticas que había recibido, Marat denunció a Lavoisier en 1791 indicando que debía haber sido ejecutado desde hacia mucho tiempo. Poco después una joven llamada Charlotte Corday asesino a Marat en la bañera. En octubre del 1793, fue enviada Maria Antonieta a la guillotina y al mes siguiente Lavoisier fue detenido cuando intentaba huir con su esposa a Escocia. Cuando pidió que se le permitieran dos semanas para poder completar algunos trabajos antes de su desdicha, el Juez le respondió con:
“La revolución francesa no necesita científicosâ€
Varias horas más tarde, el 8 de mayo de 1794, a sus 53 años, acabó en la guillotina de lo que ahora es la Plaza de la Concordia. En palabras de Josep Louis Lagrange (matemático y astrónomo): "Solo tardaron un instante en cortarle la cabeza, pero dudo que Francia no produzca otra como la suya en todo el siglo."
Llegados a este punto, me gustaría hacer un breve inciso en el químico suizo Carl Wilhem Schelee, ideo un proceso para obtener Fósforo a escala industrial puesto que aún se hacia de la orina de los soldados, costando unos 440 euros los 30 gramos; y descubrió ocho elementos: el Cloro, el Flúor, el Manganeso, el Bario, el Molibdeno, el Tungsteno, el Nitrógeno y el Oxígeno, aunque no se le llegó a honrar por ninguno de ellos. También descubrió compuestos como el amoniaco, la glicerina y el ácido tánico y el ácido prúsico, compuestos que más adelante hicieron ricas a muchas personas. Pero Schelee tenía un problema, le gustaba probar todas las substancias que pasaban por su laboratorio: ya fuese el mercurio o el ácido cianhídrico (la toxina del experimento mental y felino de Schrí¶dinger) entre otros. En 1786, con sólo 43 años lo encontraron muerto en su banco de trabajo, rodeado de substancias químicas; una de ellas, seguramente el mercurio, fue la causante de su muerte.
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La química que había dejado Lavoisier fue el punto de partida para muchos científicos que no tardaron en dar sus frutos. Joseph Proust (1754 ' 1826) químico francés que desarrolló la mayor parte de su carrera científica academias y laboratorios Españoles (Real Seminario de Vergara, Real Academia de Artillería de Segovia, Laboratorio Real de Madrid, ...) realizó numerosos experimentos en los que estudiaba la composición de diferentes carbonatos de cobre, óxidos de estaño y sulfuros de hierroâ€. |
En 1799, Proust estableció :
Cien libras de cobre, disuelto en acido sulfúrico o nítrico y precipitado por carbonato de sodio, producen invariablemente 180 libras de carbonato de color verde.
Junto con otras muchas observaciones similares, Proust fue observando que la cantidad de masa de cada uno de los componentes en una reacción (por ejemplo, cobre, carbono y oxígeno en los carbonatos de cobre) se mantenía constante en el compuesto final, independientemente de si era un carbonato natural o artificial o de las condiciones de la reacción. Dos compuestos se diferenciaban entre sí por las proporciones de los elementos que lo formaban sin apreciarse composiciones intermedias. Por ejemplo, el Carbonato de cobre (I) Cu2CO3 y el Carbonato de cobre (II) CuCO3. Sus numerosas observaciones lo llevaron a postular, en 1799, la ley de Proust, también conocida como Ley de las proporciones definidas o Ley de la composición constante:
Ley de composición constante
Cuando se combinan dos o más elementos para dar un determinado compuesto, siempre lo hacen en una relación de masas constantes. El porcentaje de cada uno de los elementos que forman un compuesto siempre va a ser igual, ya sean 10 g o 100 toneladas. Por ejemplo nuestra preciada agua esta formada, como hemos comentado antes, por un 88,81% de oxígeno y un 11,20% de hidrógeno.
∞
Ahora que sabemos que son los elementos ampliaremos un poco más nuestra lupa y miraremos dentro de los elementos.
Hablaremos de los inicios con Democrito (~400aC) y Kanada (~600aC). Avanzaremos en el tiempo y hablaremos de la primera teoría científica sobre el átomo con Dalton, Gay-Lussac y Avogardo.
Capítulos anteriores
Introducción a la Química : Propiedades de la materia